viernes, 28 de mayo de 2010

¿Quién puede o tiene el derecho de comentar sobre la vida de alguien?

Quién no disfruta al escuchar, leer, o ver que den noticias sobre alguien conocido, famoso, o popular; es verdad todos los seres humanos tenemos esa inquietud por así decirlo de saber que pasa en la vida de tal persona, quizás no por el hecho parecer entrometidos sino porque tal vez estén refiriéndose a algún personaje público. Pero se piensa, se reflexiona, ante las consecuencias de estos hechos?

“periodistas” y” famosos”

Últimamente el periodismo que se realiza y difunde por la televisión más que nada, comienza a desviarse de aquella prensa amena, divertida, equilibrada que tantos éxitos cultivo a través de las revistas u otros medios especializados que surgieron en otros tiempos. El giro rotundo de la crónica rosa hacia el puro amarillismo y la tan consumible prensa rosa que respaldan sin lugar a dudas ese periodismo de nada o poca formación y sensacionalista que lidera los índices de audiencia y popularidad con total arbitrariedad en la mayoría de los casos, y que incluso comienza a preocupar a los mismos profesionales del género.

Se están comercializando los sentimientos o la vida intima y todo esto forma parte de un hábito, costumbre e incluso forma parte importante de una cultura, y por cierto una cultura sucia, superficial, improductiva porque cultura que es algo que identifica, define a algo o alguien.

El problema entre famosos y periodistas es bastante grande tanto que terminan en amenazas, demandas y juicios los cuales en su mayoría se quedan en el limbo. En tanto desempeñar un papel en el complicado mundo del periodismo de prensa rosa es arduo, delicado, especialmente si los actores principales son caras conocidos por la sociedad en general.

“Que hablen bien o mal pero que hablen”

“Que hablen bien o mal pero que hablen”, es la respuesta casi similar que proporcionan varios personajes famosos cuando se les pregunta; que puede decir al respecto sobre lo que se comentad de Ud.?, es el juego sucio que tienen unos periodistas y algunos famosos, ambos son culpables tantos los famosos como periodistas pero lo que da más pena es ver que los llamados periodistas no sean ni eso, sino que aquellos que ocupan estos espacios de información y entretenimiento son personas comunes, con caras y cuerpos bonitos, sin ética profesional y surgen porque hay demasiados espacios y se necesita material , sea cual sea su calidad o incluso su insegura procedencia pero bueno como alguien dijo por ahí es el espectador quien finalmente elije el canal y programa que desee ver.

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